lunes, 2 de febrero de 2015

Weissenhofsiedlung de Stuttgart

El proyecto Weissenhof se desarrolló en  Alemania durante la década previa a la prohibición de la arquitectura moderna por el nazismo, y constituyó la base de la trayectoria arquitectónica de Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969), así como su logro profesional más importante.
Para llevarlo a cabo, el Mies reunió a un grupo de diecisiete arquitectos de procedencias distintas, a los que dirigió a lo largo del proceso de construcción de la Weissenhof. Los edificios de esta urbanización se colocaron en una colina de Stuttgart, convirtiéndose así en los pioneros de la edificación moderna, que defendía y promovía (con el apoyo del Deutscher Werkbund), la tecnología de la máquina como clave para el renacer de las artes en la sociedad. Más tarde, esta asociación pasaría  a estar dirigida por los líderes del Ring, Häring, Rading y Hilberseimer.
¿Cómo surgió el proyecto Weissenhof?
Surgió como respuesta a una exposición que se pretendía hacer en la colina Stturtgart. Debían participar en su creación los mejores arquitectos, quienes,  además, debían cumplir una serie de condiciones a la hora de realizar el proyecto. Entre estos requisitos se encontraban la prefabricación de las piezas que compondrían las casas (véase aquí el apoyo a la tecnología del que hablábamos). Mies prefería arquitectos cercanos a él y a su forma de pensar antes que arquitectos del propio Stuttgart.
El resultado fue una urbanización compuesta por una gama variada de residencias que, a su vez, compartían el cumplimiento de las necesidades vitales. No tenía la disposición habitual de las urbanizaciones alemanas, donde las viviendas se disponían en hileras paralelas a las calles, sino que era un conjunto alargado con casas de forma cúbica, interconectadas y repartidas por las terrazas de la colina.
El único requisito que Mies impuso en su dirección fue el de que todos los arquitectos utilizasen cubiertas planas y superficies exteriores blancas, ya que estos recursos se identificaban con la precisión pero también con la forma clásica. 
Sin embargo, su creación no fue bien acogida por los artistas más conservadores, como era de esperar, y acusaron a Mies de las mismas faltas por las que él había condenado a otros. Entre las críticas recibidas cabe destacar la de Bonatz, que denunció la simplicidad del proyecto, así como su disposición incómoda de recorrer sobre la pendiente, comparándolo con un barrio de Jerusalén.

Mies, por su parte, supo responder a todas aquellas críticas, alegando que quería conseguir en la Weissenhof un efecto que fuese más allá de las cuatro paredes de las viviendas.



Casa diseñada por Mies van der Rohe en la Weissenhof

No hay comentarios:

Publicar un comentario